Discurso del Exmo. Sr. Don Julián Sánchez Melgar – Magistrado del Tribunal Supremo y Ex Fiscal General del Estado – durante el acto de hermanamiento entre Autillo de Campos y Villaldemiro celebrado en Autillo el pasado 14 de agosto de 2021.
Buenas tardes.
Sr. Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Autillo de Campos y Sr. Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Villaldemiro.
Es para mí un honor ostentar la condición de padrino de este acto de hermanamiento entre estas dos poblaciones, una palentina, Autillo de Campos, como quien les habla, y otra, burgalesa, Villaldemiro, con la que tenemos tantos vínculos derivados de nuestra posición geográfica y de nuestra historia común. Ambos pueblos pertenecen a una misma comunidad autónoma, como es Castilla y León, y todos nosotros formamos parte de una gran nación, como es España. Orgullosos, pues, estamos de nuestro pasado y de nuestro presente. Y por lo que estamos haciendo aquí, estamos también orgullosos de nuestro futuro.
Cuando mi primo carnal, Enrique Espinel Melgar, me propuso la posibilidad de ser padrino de esta ceremonia, hizo nacer en mí la emoción de contribuir a la unión de dos localidades, una burgalesa y otra palentina, que suponía un lazo que se iba a teñir de los colores de la cultura, la historia y la singularidad de sus habitantes, que espero estén también emocionados, como yo, con estrechar ese lazo tan multicolor. Muchos proyectos nacerán a partir de ahora.
La vida es, al fin de cuentas, nacer, vivir y morir. Eso lo sabemos todos. Pero hay cosas que son intemporales. Una de ellas, es precisamente el acto al que asistimos en este momento: el hermanamiento entre Villaldemiro y Autillo de Campos. Esa unión trascenderá en el tiempo a todos los que aquí nos encontramos, se perpetuará en el futuro, y dentro de muchos años, no sé cuántos, quienes nos sucedan, recordarán el día hoy, un 14 de agosto de 2021, día en el que, por cierto –dirán–, hacía un calor, bastante considerable, solamente por ser amables con los calificativos, y seguramente piensen que este hermanamiento ha sido fruto del calor, casi diría yo, de la pasión, con que ambas poblaciones y sus gentes han querido mirar al futuro para tejer un conjunto de actividades, fruto de sus lazos históricos.
Tan históricos como nuestro rey, el rey Alfonso X, el rey sabio, el de las Cantigas, el de las Partidas, cuya a abuela, doña Berenguela, madre de Fernando III, tenía tantos lazos con esta tierra en la que ahora nos encontramos. Y el rey fue creciendo precisamente en Villaldemiro, en unión de sus educadores, en dicha tierra burgalesa, y esa es la unión histórica entre estas dos localidades, que hoy celebran su hermanamiento. Un rey de la importancia histórica de Alfonso X, que conforma los sedimentos de la monarquía que cristalizan hoy, a su vez, en nuestro rey Felipe VI.
Se escribe, pues, con el acta que han firmado los dos alcaldes, la primera página de un libro que está, hoy por hoy, lleno de páginas en blanco, a la espera de que sus habitantes, sus representantes, todas las autoridades, tanto locales, como provinciales o nacionales, sean capaces de escribir, para seguir los caminos de dos hermanos, que, como en las familias, tienen, por una parte, vida propia, pero, por otra, vida también en común, y que tiene todo ello como justificación, los lazos comunes que unen a los hermanos: mirar juntos hacia el futuro, pero sin perder su identidad. Esto es lo que significa el hermanamiento que hoy sellamos y celebramos. Ojalá el futuro nos depare la constatación de las expectativas cumplidas. Pero no nos olvidemos tampoco de que un hermanamiento entre pueblos no tiene fecha de caducidad, así, pues, los lazos serán –y así lo esperamos todos–, cada vez más numerosos y estrechos.
Muchas gracias a todas las autoridades que lo han hecho posible, muchas gracias a todos ustedes, ha sido para mí un verdadero honor estar presente en este acto y apadrinar esta ceremonia.
Felicidades, Sres. Alcaldes. Felicidades, público asistente.
Muchas gracias.
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